"Cada uno lleva en sí mismo la peste, porque nadie, nadie en el mundo está indemne a ella. [...] Cansa mucho ser un pestífero. Pero cansa más no serlo.". (Albert Camus).
Albert Camus |
En la segunda parte del capítulo cuatro, los personajes principales de la novela, Rieux, Paneloux, Tarrou, Grand y Cottard, presencian la agonía y la muerte de un niño. Para todos, fue una experiencia muy dura, incluso para el padre Paneloux, quien, no puede evitar buscar una justificación a tan lamentable hecho... En este caso... ¿Dónde está Dios? ¿Por qué Dios permite la muerte de un inocente?
Paneloux reflexiona y considera que el ser humano no está en posición de comprender el destino de un niño, sino sólo de aceptarla, e inclusive, de quererla. ¿Qué te pareció a ti lo dicho en el segundo sermón de Paneloux? Cuando presenciamos desgracias como la muerte de un niño, ¿es posible perder la fe en Dios? O bien, ¿es posible seguir creyendo?
Otra importante intervención de este capítulo, es la narración de Tarrou acerca de la historia de su vida; y de cómo ha sobrellevado la peste para no infectar a nadie, para no ser un pestífero como los demás... La narración es sumamente maravillosa...
Tarrou dice: "Todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro". Por lo que busca, de alguna manera, que las muertes de cada uno de los seres humanos sean "necesarias y razonables". ¿Te gustó la postura de Tarrou? Para ti, ¿qué sentido le encuentras a su discurso?
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