viernes, 5 de septiembre de 2014

La comparación entre Abráham y José en El evangelio según Jesucristo


"...el destino, cuántas veces habrá qué decirlo, es un cofre como otro no hay, que al mismo tiempo está abierto y cerrado, miramos dentro y podemos ver lo acontecido, la vida pasada, convertida en destino cumplido, pero de lo que está por ocurrir, sólo alcanzamos unos presentimientos, unas intuiciones, como en el caso de este evangelio, que no estaría siendo escrito de no ser por aquellos avisos extraordinarios, indicadores, tal vez, de un destino mayor que la vida simple." (El evangelio según Jesucristo, de José Saramago).

Seguimos con la lectura de esta hermosa narrativa, en la que José Saramago, nos sumerge con fluídas descripciones de la cotidianeidad de sus personajes. Por ejemplo, de cómo María reflexiona, piensa, siente, ama, y actúa como una mujer de su época, hacia su esposo y sus hijos; de cómo José sufre con las pesadillas que lo persiguen, y se levanta, aún así, a trabajar, y a enseñarles el oficio de carpintero a sus hijos. De los tiempos en que se vivieron las duras rebeliones en contra de lo romanos de ese tiempo, a causa del nuevo censo, citando al personaje histórico Judas el Galileo, un judío renegado que mantuvo una fuerte lucha para evitar el pago de impuestos a los romanos.

En una parte de la novela, Jesús le pregunta a su padre, cuáles son esas pesadillas que tiene, y éste le contesta "el sueño es el pensamiento que no fue pensado cuando debía y ahora lo tengo conmigo todas las noches...". Jesús, aún así, desea saber de qué trata, pero no consigue sacarle toda la verdad a su padre... Este fragmento se encuentra narrado con mucho amor y ternura por parte del niño Jesús, al cuestionar a su papá, ¿qué te parece a ti esta escena? 

Retrato de José Saramago
Retrato de José Saramago
Sin embargo, después, el narrador en tercera persona, se pregunta "[¿]...por qué salvó Dios a Isaac y no hizo nada para salvar a los tristes infantes que, incocentes de pecado como el hijo de Abraham, no encontraron piedad ante el trono del Señor. [...] Cuándo llegará, Señor, el día en que vengas a nosotros para reconocer tus errores ante los hombres [?]". ¿Qué opinas de esta comparación? ¿A Abráham se le perdona y se le alaba, pero a José se le castiga? ¿Qué intención tiene el autor, Saramago en comparar el destino de estos personajes? ¿Qué es lo que más te ha gustado de la novela?

Te invitamos a continuar con la lectura y a participar con tus puntos de vista. ¡Participa!




2 comentarios:

  1. A lo largo de toda la novela Saramago es sumamente crítico hacia la doctrina de la Iglesia católica y lo que enseña. Las acciones de Dios son muy cuestionadas y me parece que tiene la clara intención de poner a pensar al lector en la bondad de ese ser que la Iglesia reclama como misericordioso hasta el extremo.

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  2. La intención de Saramago es, precisamente, mostrar a un Dios que se equivoca, un Dios que permite el sufrimiento de un padre que va sacrificar a su hijo por Él, alabándolo y perdonándolo; pero también, que permite la maldad de los hombres, matando a niños inocentes. Permite, además, que otros sientan culpas y penas por omisiones; es decir, por hechos que no cometieron. La paradoja está en que nuestro Dios está construído a imagen y semejanza de los humanos.

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